Vivimos en unos tiempos en los que creemos no tener nunca suficiente tiempo para hacerlo todo, e incluso a veces parece que tengamos que elegir entre tener una casa limpia o tener algo de tiempo libre para nosotros… ¡Nada más lejos de la realidad!

La limpieza doméstica puede ser una tarea mucho más simple y práctica de lo que creemos si nos habituamos a coger algunas costumbres diarias que reducirán considerablemente el tiempo que dedicamos a limpiar nuestra casa de arriba a abajo el día que nos ponemos a ello.

Las cosas en su sitio

Sabemos que llegas cansado a casa, y tal como estás metiendo la llave por la cerradura estás pensando en los pocos segundos que quedan para echarte en tu sofá. Pero a menudo estas prisas son sinónimo de dejar el bolso, la chaqueta, la mochila, o cualquier otro objeto, encima de la primera superficie que ves libre, y lo más probable que se quede en ese sitio, como mínimo hasta el día siguiente cuando lo vuelvas a necesitar. Peor aún es si al día siguiente coges otro bolso o chaqueta diferentes y haces lo mismo al llegar, lo cual implica que en un par de días tu casa se vea desordenada por no molestarte en dejar tus complementos en su respectivo sitio. Así que te animamos a que, si aún no lo tiene, te montes un perchero y un mueble recibidor con espacio en la entrada de tu casa. De este modo te será más fácil dejar tus accesorios ordenados en su sitio solamente entrar por la puerta.

Cuando termines de usar algo, guárdalo

Tres cuartos de lo mismo es aplicable para la plancha, los juguetes de tus hijos, el PC portátil, etc. Solemos sacarlos del sitio y, una vez hemos terminado de usarlos, no los volvemos a guardar por pereza.

Cuesta muy poco volver a guardar estos utensilios en el lugar que le corresponde, y la sensación de despeje visual que proporciona es muy satisfactoria. Así que, nuevamente, te invitamos a coger la costumbre de guardar las cosas cuando termines de usarlas.

No descuides la colada

Dejar la ropa mucho rato dentro de la lavadora cuando esta ha terminado no es bueno. No solo hace que la ropa se estropee antes, sino que puede coger olores no deseados. Por ello, es conveniente que tan pronto como termine la lavadora tiendas la ropa y, una vez seca, la recojas la planches, y la guardes en el acto. De este modo evitarás que se te acumulen tanto las faenas pendientes, como las montañas de ropa amontonadas sin plegar.

Evita la acumulación de cal

Cada vez que usas un grifo o sanitario es normal que se queden algunas gotitas por encima de este que al secarse dejan feas manchas de cal.

Si bien la aparición de cal es inevitable, si podemos retrasar la acumulación de esta y hacer que nuestros sanitarios luzcan limpios por más tiempo. Para ello, es conveniente tener siempre un trapito a mano (puedes dejar uno preparado al lado de los sanitarios que más utilices) y secar con él los restos de agua que han quedado prendidos en las superficies después de cada uso

No dejes que los platos se acumulen en la pica. Utiliza lavavajillas o friega enseguida

Aparte de generar malos olores, dejar los platos sucios acumulados en la pica es una de las cosas que te va a incomodar la vista cada vez que entres en tu cocina. Así que te recomendamos que lo dejes dentro del lavavajillas para ponerlo cuando esté lo suficientemente lleno, o los friegues a mano cuando hayas terminado la comida pertinente. ¡No te olvides tampoco de guardarlos en su sitio una vez se hayan secado y escurrido!

Haz la cama lo antes que puedas

Y es que ese pensamiento de “¿para qué hacer la cama si a la noche la voy a volver a deshacer?” no es el mejor que puedes tener. Una cama deshecha es un signo de dejadez por tu parte (sobre todo si vives solo, pero esperas alguna visita que te haga compañía <3). Además está comprobado que hacer la cama todos los días antes de salir al trabajo mejora tu productividad diaria por el peso psicológico que tiene el hecho de haber comenzado el día cumpliendo con una tarea

Nosotros lo hacemos de la siguiente forma: solamente despertarnos retiramos las sábanas y dejamos la ventana abierta para airear la habitación mientras desayunamos, y una vez que hemos terminado de desayunar hacemos la cama antes de vestirnos y salir a trabajar.

Ventila frecuentemente para mantener el aire fresco y evitar olores

Abrir las ventanas de tu casa 10 minutos al día basta para renovar todo el aire del interior de esta y expulsar los malos olores. También es aconsejable ventilar una estancia si has estado varias horas seguidas dentro de ella. Verás cómo al cabo de unos minutos el ambiente se nota menos cargado y más fresco.

Pasa la aspiradora mejor que la escoba

La razón por la que pasar la aspiradora es preferible a pasar la escoba es muy simple: levanta mucho menos polvo, por lo que la limpieza será más profunda y rápida.

Lo mejor de todo es que hoy en días tienes muchísimos modelos a elegir de robots aspiradores que harán esta faena por ti cuando no estés en casa, por lo que no tendrás que preocuparte de realizar esta tarea.

 

Como has visto, para mantener tu casa siempre limpia es imprescindible tener buenos hábitos que no llevan tanto tiempo y que es cuestión de acostumbrarse. Por ello, anímate y verás cómo en poco tiempo notarás que harás las tareas mucho más rápido.

¡Si tienes alguna idea más o quieres contarnos tu experiencia o hábitos que tengas en casa estaremos encantados de leerte!